En tiempos previos a la pandemia, la oferta de vehículos eléctricos de la mayoría de marcas se limitaba a ofrecer uno o dos modelos en versión electrificada. Sin embargo, hoy en día, la oferta eléctrica ha incrementado, prácticamente, las marcas ofrecen una versión electrificada (eléctrica o híbrida) de cada segmento. La oferta se ha multiplicado y a diario aparecen noticias de nuevos modelos o nuevas marcas enfocadas exclusivamente en el sector eléctrico.
Los resultados de desarrollo e investigación del sector apuntan a una mayor eficiencia de los coches. Un aumento de la autonomía, mayor capacidad de carga, una mayor potencia o una carga más rápida son los reclamos de la industria. Ofrecer las mismas prestaciones que puede dar un coche de combustión es el objetivo del sector para dar con las necesidades de los conductores.
De fósiles a renovables
Referente al uso de la gasolina y los combustibles fósiles, el consumo anual a nivel mundial está por encima de la generación de dichos combustibles. Se encuentra en déficit y no es sostenible a largo plazo mantener estos niveles de consumo y optar por energías limpias y más respetuosas con el medio es clave para un desarrollo del sector sostenible.
De hecho, recientemente Europa fijó 2035 como inicio para la prohibición de venta de vehículos diésel y gasolina, no sin generar polémica en el sector. En el plan de medidas también se incluye favorecer la producción de baterías y componentes en el continente para fortalecer el sector industrial y dar garantías de futuro para el desarrollo a nivel interno del territorio. Así lo respaldan las recientes inversiones de Volkswagen en Sagunto, la surcoreana Iljin (encargada de fabricar componentes de batería) o la creación de una fábrica Tesla en Alemania. De esta manera también se pretende tener una menor dependencia de la industria asiática.
El futuro del coche eléctrico
Carlos Tavares, CEO del grupo Stellantis, se pronunció acerca del futuro del sector recientemente en su intervención en la convención “Future of the car”. Destacó que esta transición repentina hacia el eléctrico se traduce en el sector en: un aumento de la demanda por parte de los consumidores. Este aumento se refleja en la demanda de componentes de las marcas que cada vez ven como su producción se ralentiza por la falta de suministros. Tal es el punto que hasta Tesla, con minas propias de materiales básicos para el coche eléctrico, ya este ofreciendo plazos de entrega que se extienden hasta 2023.
Estas palabras unidas a la tendencia de los consumidores de ver el coche eléctrico como una opción real de compra general este cuello de botella que, Carlos Tavares, prevé que tenga su punto máximo entre 2025 y 2026.
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