Media vida entregado a rescatar coches antiguos muy deteriorados para restaurarlos con sus propias manos y darles una nueva vida. Los que han tenido el privilegio de ver el recorrido y progreso de sus trabajados, aseguran que de no ser así, creerían que fue obra de una varita mágica.

Su afición por los coches y el coleccionismo aparece 35 años atrás, tras la adquisición de un Ford Cuba que desmontó de arriba a abajo para restaurarlo y venderlo. «Tardé casi dos años porque yo no tenía ni idea de mecánica y tuve que informarme y preguntar mucho, pero luego vi que podía ser un negocio y, poco a poco, me enganchó la afición y, sobre todo, la restauración».

La actividad se convirtió así en una afición a la que ha dedicado todas las horas que no estaba trabajando para resucitar todo tipo de automóviles, hasta lograr una colección de hasta 64 coches antiguos y varias motocicletas de marcas de renombre como Guzzi.

«Nunca he restaurado ningún coche para nadie; los que arreglo se quedan conmigo o, en algún caso, he regalado alguno, pero no trabajo para nadie aunque me lo han pedido muchas veces», pues su sueño es montar un museo. «Es una pena que no se puedan ver, hay muchos aficionados a los que les encantaría», explica.

Ahora está centrado en recuperar un Packard descapotable de 1937, instalado en una nave que bien podría ser la clínica de cirugía estética para sus coches. «Me llegó de América después de que un amigo lo localizara y llevo cuatro meses con él». Con lo que más disfruta es con la madera, y lo más complicado es el arreglo de la chapa. «Todas las piezas originales que se pueden conservar, se arreglan si están mal y se colocan otra vez», dice.

Para él, el motor de cualquiera de sus coches no tiene secretos. «Una vez que has desmontado uno, puedes desmontar cualquiera porque son muy parecidos, el corazón de estos coches es el cigüeñal». «Yo lo hago todo, no quiero ayudantes porque me quita mucho tiempo tener que enseñar cada cosa que hago; yo voy a lo mío y me cunde más». «En la pandemia, he arreglado tres motos Guzzi» y dos Vespa, una de ellas con sidecar de los años 50 que parecen recién salidas de fábrica.