Una vez pasado el fin de semana, y la festividad de Sant Jordi en Cataluña, se va a hablar de cinco coches sobre los que no se ha escrito ningún libro y que, sinceramente, creemos que lo merecerían.

Citroën Xsara Picasso

Es un claro ejemplo de rentabilidad en el mundo del automóvil cuya historia merecería ser contada. Nació en 1999 como competencia directa del exitoso Renault Mégane Scénic de primera generación al que mejoró en todos los aspectos, y se convirtió en un éxito de ventas pese a su chocante aspecto exterior con forma de burbuja (visto de perfil y como buen gallego casi no sabías si iba o venía). Además, tenía un interior muy bien aprovechado y con numerosas astucias en modularidad.

Renault Avantime

Se trata de un monovolumen con la filosofía de un gran turismo o un gran turismo con el espacio de un monovolumen. Mezcla a la perfección conceptos antagónicos como nunca han funcionado en el mundo del automóvil y, en este caso, hacer un coche de viaje de lujo, caro y equipado, pero con una carrocería de tipo monovolumen, no parecía la mejor de las ideas.

Nissan Qashqai

En el año 2007 revolucionó, de manera inesperada (incluso para la marca) el mercado de los modelos compactos en Europa y dio el empuje definitivo a la progresiva sustitución de los compactos por los SUV en el corazón y en los parkings de buena parte de la clase media europea. 

Seat Ibiza

Este es el coche que permitió a la firma sobrevivir, y que se ha convertido en el modelo más vendido de entre todos los fabricados en España. Cinco generaciones van de este utilitario que nació allá por 1984, cuando hacía falta una solución de emergencia, un coche que fabricar, que vender y que exportar.

Alfa Romeo 33

Se define como un compacto de tracción delantera, con motores bóxer de brillante rendimiento, un chasis muy mejorado y una carrocería moderna y práctica. El 33 fue un éxito para la marca y, al mismo tiempo su ruina. Se fabricó casi un millón de unidades de este coche.