Para empezar a abarcar este tema, cabe decir que desde que se nace, la vista está diseñada para mirar al frente o a los laterales. A medida que se va desarrollando, se llega a ampliar hasta tener un campo visual de 180 grados. Cumplir años hasta una edad no muy adulta proporciona esta virtud, pero a medida que se va haciendo más mayor, se reduce. Empiezan a aparecer síntomas como que en los laterales ya no hay visión perfecta, hasta tal punto de parecer que algo se mueve a nuestro alrededor.
Consejos para lograr una correcta seguridad
En primer lugar, y como paso inicial al entrar en el vehículo, se debe ajustar correctamente los retrovisores externos. Si no se realiza adecuadamente, existe una alta probabilidad de tener un accidente, ya que no puede contemplarse el peligro.
Cuando el vehículo tiene cuatro o más ruedas, como puede ser un camión, se aconseja contar con una referencia visual de la parte final de la carrocería. ¿Qué conseguimos con esto? Muy sencillo, que los espejos laterales abarquen el máximo posible de todo lo que no es el propio vehículo. Con una simple referencia de la carrocería, es suficiente, y esto reduce el ángulo muerto.
Ejemplo ilustrado del ángulo muerto
En la foto que aparece en la parte inferior, se observa cómo una conductora se incorpora a la vía. Lo que se ilustra en color verde, es lo que ella puede ver en el momento en el que gira la cabeza, y a su vez el retrovisor izquierdo es el que le facilita lo que viene por detrás, ejemplificándose mediante el color amarillo. Por otro lado, lo que aparece en rojo es el ángulo muerto, zona en la que no se tiene percepción visual.
Las teorías RSM y UVA
En este contexto, aparecen dos teorías que pueden ayudar al conductor a orientarse en todas las ocasiones en las que entra a su vehículo. Son las teorías RSM y UVA, y mediante el recuerdo de estas siglas se pueden efectuar en la práctica, y fomentar así la seguridad vial.
Comenzamos con la primera mencionada, cuyo significado es el siguiente:
- Retrovisor: primero se mira y se comprueba si la vía está libre.
- Señalización: se acciona el intermitente.
- Maniobra: se efectúa el cambio de carril.
Siguiendo por UVA, que consiste en:
- Ubicación: una correcta forma de situarse en los diferentes carriles de la vía.
- Velocidad: debe ser moderada, respetando la señalización.
- Alternativa: en el caso que no se cumpla alguna de las dos anteriores, se debe tratar de conocer alguna de las alternativas a poder realizar para subsanar estos errores, y no perjudicar al resto de conductores.
La correcta utilización de los retrovisores
Surge entonces una pregunta clave con la información anterior, y es que ¿Cuál es entonces el ajuste ideal? Es cuando un vehículo desaparece del retrovisor y lo vemos inmediatamente por el rabillo del ojo.
Lo ilustramos con la imagen siguiente, donde el espejo inferior curvo permite reducir el ángulo muerto con una increíble precisión, antes de desaparecer el vehículo adyacente ya es visible por el conductor con visión directa.
Si aún así, nada de esto sirve, para finalizar se exponen los siguientes consejos:
- Mirar las veces que sea necesario, girar la cabeza. A veces, los retrovisores y el cerebro te dicen que la vía está libre, y al girar te encuentras con un vehículo que ha aparecido de manera imprevista.
- Nunca se debe aproximar en diagonal a otro vehículo, ya que es la zona de ángulo muerto de su conductor.
- La conducción defensiva no siempre es buena, ir por una autopista a 80km/h no implica que sea lo más seguro.
- Por último y como moraleja del Blog: asegúrate SIEMPRE de que tus espejos están bien ajustados para reducir el famoso ángulo muerto.