En 2022, podremos presenciar el mayor cambio de normativa en la historia de la Fórmula 1. Tras una temporada de fuertes emociones y el final de campeonato más apretado des de el inicio de la era híbrida, la categoría reina del automovilismo experimentará una serie de cambios muy importantes. No nos dejemos engañar por la apasionante lucha que nos han dejado Max Verstappen y Lewis Hamilton. El descomunal talento de los dos pilotos más destacados de la temporada ha opacado la realidad de la Fórmula 1.
El cambio más destacable que podremos observar en 2022 tendrá que ver con la aerodinámica, en pro de generar más duelos directos en pista y por ende más espectáculo. Con la actual normativa, los monoplazas podían llegar a perder el 50% de downforce o carga aerodinámica cuando seguían a otro monoplaza de cerca debido a las turbulencias que este generaba. Esto además castigaba en exceso el estado de los neumáticos del coche perseguidor provocando además un subviraje adicional. De este modo, no se acostumbran a ver coches pegados el uno al otro y por consecuencia, se dan muchos menos adelantamientos.
La clave: devolver el efecto suelo a los monoplazas.
Los monoplazas de F1 hasta 2021 se caracterizaron por una capacidad de generar carga aerodinámica que se distribuía equitativamente a lo largo del monoplaza. Un tercio de la carga aerodinámica se generaba desde la parte delantera, un tercio desde debajo del coche y el último tercio desde la parte trasera.
Las alas delantera y trasera, son las grandes “culpables” de la carga aerodinámica que estas máquinas de ingeniería generan. A partir de este hecho, se llega a una conclusión: limitar el alcance de las alas (delantera y trasera) reduciendo su eficiencia para que la F1 genere la carga aerodinámica de una manera diferente. Un 25% en la zona delantera, 50% con la parte inferior del coche y el 25% restante en la parte trasera.
Al aumentar la influencia del fondo plano (o suelo del coche) gracias al efecto suelo, existe la esperanza de que los F1 puedan seguirse más de cerca para crear un espectáculo más intenso y duradero. Además, Pirelli ya está trabajando en el desarrollo de unos neumáticos que aguanten mejor el desgaste y que permitan que las luchas “cuerpo a cuerpo” no maltraten en exceso estos.
El objetivo buscado por esta normativa es reducir la pérdida de carga aerodinámica a un 10% cuando un monoplaza estaba en la estela de otro. Como suele ocurrir, es altamente probable encontrarnos en un punto intermedio entre lo pretendido por la nueva normativa y la normativa actual cuando la nueva temporada empiece en marzo.
La nueva normativa: la esperanza para el espectador.
Como hemos mencionado al inicio del artículo, esta temporada ha sido solo un espejismo de lo que la actual F1 esconde. Coches muy rápidos a una vuelta y muy poco agresivos en carrera. Pocos adelantamientos y una desigualdad entre las escuderías de la zona alta y baja que han provocado el fracaso de la actual normativa. Es un hecho que la nueva normativa provocará que los vehículos sean ligeramente más lentos a los actuales. La pérdida de eficacia en carga aerodinámica provocará esto. Aún así, este hecho será pasado por alto si se consigue crear una Fórmula 1 más entretenida en pista.