Se suele decir que las mejores ideas ocurren en momentos inesperados. Pero si hay algo importante cuando nos viene una buena idea a la cabeza, es plasmarla cuando antes dónde y cómo sea. Eso mismo le pasó a Ferry Porsche cuando en 1952, en un restaurante de la Gran Manzana de Nueva York, diseñó el logotipo de su marca de automóviles en 5 minutos dibujándolo en una servilleta de papel. Y como en la mayoría de ocasiones, esta idea tiene una historia detrás, que hoy te contaremos.

En un inicio, Porsche no contaba con un logo, tan sólo con las letras del nombre de la marca en el frontal y la zaga del vehículo.

Max Hoffman, un reconocido exportador de deportivos de la época, austríaco y con un nombre hecho ya en Nueva York, se hizo conocedor de un deportivo ligero y poco potente pero muy deportivo y ágil. Se trataba del Porsche 356, vehículo del que Hoffman pudo adquirir dos unidades ese mismo año 1950. Así pues, tras la buena impresión que el deportivo alemán le causó, Hoffman se reunió con Ferry Porsche en el Salón del Automóvil de París de ese mismo año. En este, ambos llegaron al acuerdo de importar 15 coches anuales.

Sin embargo, Hoffmann pensó que para lograr destacarse entre las principales marcas del momento, Porsche necesitaba un logo que la identificase. De este modo, conseguiría también deshacerse de las letras P-O-R-S-C-H-E, que en ese momento todavía tenia un significado negativo connotativamente hablando. Este se debía a que Ferdinando Porsche, padre de Ferry Porsche, era uno de los ingenieros favoritos del régimen nazi y por la todavía reciente finalización de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), seguía existiendo gente que asociaba a la marca con el régimen.

Ferry Porsche dibujó el logo de la compañía en una servilleta mientras comía en un restaurante de Nueva York a petición de Max Hoffman.

Así pues, en una cena que mantuvieron Max Hoffman y Ferry Porsche en un restaurante de Nueva York en 1952, el austriaco le pidió al alemán que dotara a sus coches con un logotipo con el que se les relacionase, a lo que Ferry respondió: “Si todo lo que necesitas es un distintivo, nosotros también podemos dártelo”. Acto seguido Ferry tomo un bolígrafo de su chaqueta, cogió una servilleta, y en cinco minutos dibujo el boceto del logo que en su regreso a Alemania los responsables de publicidad terminaron de pulir con detalles ínfimos.

 

 

¿Qué significa el logo de Porsche?

Habiéndose convertido en uno de los logos más identificativos del mundo de los deportivos, este guarda una cierta similitud con quizás la marca de coches más famosa del mundo, Ferrari. Y es que comparten muchos elementos, pero… ¿Tienen un origen compartido? La respuesta es sí.

Ese logotipo estaba (y está) formado por un doble escudo. En el centro aparece un caballo encabritado color negro sobre un fondo dorado con la inscripción Stuttgart sobre él, tratándose del escudo de armas de dicha ciudad. Este primer escudo se encuentra dentro de otro compuesto por unas astas de ciervo y unas franjas rojas y negras, que es el escudo de la región de Baden Württemberg.

¿Y que relación guarda entonces el escudo de Stuttgart con Ferrari? El caballo de Ferrari rinde homenaje a Francesco Baracca, un conde y homenajeado piloto de combate italiano de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Baracca había pintado en su avión un caballo idéntico de color rojo sobre una nube blanca, que era un “trofeo de guerra”, pues el primer avión que había derribado estaba pilotado por un alemán de Stuttgart. Así pues, fue la propia madre de Baracca quien pidió a Enzo Ferrari que usase el caballo de su hijo, prometiéndole que le traería suerte. Enzo aceptó, pintándolo en color negro en señal de luto por el famosos aviador italiano.