La mayoría de españoles ultiman los próximos días el equipaje para la festividad de Semana Santa. Sin embargo, y más allá de no olvidar ninguna prenda en la maleta, es conveniente revisar y poner a punto el estado del vehículo antes de partir. De esta forma, se debe extremar las precauciones y evitar en la medida de lo posible que el coche no sufra percances, que no funcione de forma adecuada o que nos deje tirados.
Abre el capó
Los líquidos que debe incorporar el coche se deben mantener en un nivel óptimo, como el de frenos, el aceite o el líquido del limpiaparabrisas. Todos ellos requerirán que abramos el capó del vehículo, y que comprobemos de forma visual si se encuentran dentro de los parámetros indicados. En el caso del aceite, necesitaremos introducir una varilla y ver hasta dónde mancha el líquido.
Uno de los factores más importantes a tener en cuenta es el estado de los neumáticos, comprobando su presión y las ranuras. En cuanto a la presión, en el manual del vehículo se indica la presión que deben llevar en función del peso que el coche va a soportar (especialmente en periodos vacacionales, al haber más ocupantes y más equipaje), y las ranuras deben ser de 1,6 mm de profundidad.
El coche debe estar arrancado
Para evaluar otros factores, es necesario poner en marcha el vehículo. Solo así podremos comprobar el funcionamiento de las luces antiniebla, para alumbrar de forma adecuada y no deslumbrar al resto de conductores. También limpiar los faros antes de emprender el viaje, para garantizar la mejor visibilidad posible.
Evaluar el correcto funcionamiento de los frenos es fundamental. En este sentido, resulta fundamental contar con pastillas de frenos en perfectas condiciones y reemplazarlas cuando estén desgastadas. Lo más recomendable es cambiar las pastillas a los 60.000 kilómetros, los discos a los 80.000 kilómetros, y el líquido de frenos cada dos años o 30.000 kilómetros.
Prevenir es mejor que curar
Para finalizar, también conviene revisar algunos recambios y herramientas imprescindibles en caso de avería o accidente. En este apartado aparecen la rueda de repuesto a su presión necesaria, o un kit repara pinchazos y herramientas para su instalación; chalecos reflectantes de alta visibilidad debidamente homologados, dos triángulos homologados de pre-señalización de peligro.
Además, si el conductor se dirige a una zona de montaña, es importante llevar neumáticos de invierno o cadenas, junto con otros elementos como una linterna de emergencia, una bayeta antivaho y una rasqueta para el hielo.