A la hora de adquirir un coche nuevo, la gran mayoría de las personas optan por comprarlo, ya sea al contado o financiándolo. En los últimos años, cada vez son más los optan por otras opciones, como por ejemplo, el renting. Conoce todo sobre el renting en nuestro post “¿Qué es el renting de coches?”.
Otra de las alternativas para disfrutar de un automóvil como si fuese tuyo es el leasing. En primer lugar, hay que diferenciar estos dos conceptos, pues se trata de dos alternativas que permiten el uso de un coche sin la necesidad de un gran desembolso de dinero inicial, consulta nuestro blog sobre “Renting o Leasing, ¿Cuál es la mejor opción?“, ya que son dos términos que en algunas ocasiones pueden generar confusión.
¿Qué es el leasing?
El leasing es un arrendamiento financiero de alquiler de coches, pero con opción de compra. En el leasing el arrendatario paga el coche mediante una cuota mensual, como financiación básica, pero una vez finalizado el contrato, la persona tiene la posibilidad de optar por la compra del vehículo por un precio más asequible del que pueda encontrar en el mercado.
Para poder optar por el leasing, como mínimo es obligatorio hacer un contrato de dos años, ya que es un alquiler con derecho a compra a largo plazo.
La cuota mensual variará según el tipo de vehículos que se quiera contratar y el límite de kilómetros anuales establecido en el contrato. La cuota incluye también el coste de amortización del coche y el IVA que corresponda. A diferencia del renting, el leasing requiere una cuota de entrada, aunque existen arrendadores que no la solicitan, además de una cuota final en caso de querer comprar el coche.
La particularidad del leasing es que, la persona que está usando el vehículo tiene que hacerse cargo de todos los gastos que conlleva el coche, tales como el mantenimiento, las averías, los impuestos, itv, seguros o gasolina, gastos no incluidos en la cuota mensual acordada.
Con este tipo de contratos, el coche está a nombre del arrendatario aunque legalmente pertenece al arrendador. El leasing ofrece múltiples ventajas, sobre todo a los pequeños empresarios y trabajadores autónomos permitiéndoles pagar menos impuestos, con motivo de que el vehículo es imprescindible para la actividad laboral de estos.
Una vez finalizado el contrato, el cliente dispone de tres opciones: comprar el vehículo al precio acordado, cambiar el coche por otro nuevo, o devolver el vehículo y no contratar más el servicio.
En definitiva, el leasing puede resultar una buena opción tanto para particulares como empresas, se trata de un método de financiación de compra de coches sin necesidad de realizar una gran inversión inicial, y con los años poder optar por su compra o cambiarlo por otro nuevo, supone una gran ventaja.