¿Quién no disfruta de un viaje calentito en pleno invierno o del fresquito del sol en pleno verano en el coche? Ahora nos es difícil imaginar un viaje en coche sin calefacción o aire acondicionado, pero lo cierto es que durante la mitad de la historia de la automoción, los vehículos no tenían ninguna de las dos cosas.

Lo que a muchos preocupa es… ¿Qué gasto supone su uso en gasolina? El proceso del aire acondicionado es el siguiente, este recoge el aire caliente del interior del coche, y con la ayuda de un refrigerante lo enfría para devolverlo al interior. Dicho proceso, necesita un compresor que requiere un esfuerzo del motor para hacerlo funcionar, y dicho esfuerzo supone un gasto de gasolina.

Por tanto, la respuesta es sencilla, poner el aire acondicionado en el coche sí gasta gasolina, pero lo cierto es que se trata de una cantidad mínima, pues consume un 10% más de combustible de lo usual. Una alternativa común para muchos es la de bajar las ventanas, aunque esta acción afecta hasta un 20% el rendimiento de combustible.

Por el contrario, poner la calefacción no incrementa el consumo de gasolina, pues el calor se obtiene de la energía que genera el motor. Por lo que es suficiente con tener encendido el coche para tener calefacción.

Sin embargo, es falso decir que su consumo es nulo. El ventilador que conduce el calor al interior del coche consume electricidad de la batería, y para cargar la batería sí se gasta algo de gasolina, aunque muy poca.

En definitiva, tanto el uso del aire acondicionado como el de la calefacción del coche, suponen un consumo de gasolina, aunque en algunos casos,  sobre todo en calefacción, de forma insignificante.